Escuela Tigre Blanco (Pai-Hu) de las artes marciales internas de Wudang




La Escuela Internacional Pai-Hu de artes marciales chinas internas, quiere daros la bienvenida a su blog oficial.
Os invitamos a conocer el apasionante mundo de las artes marciales internas o neijia.
Desde aquí os daremos a conocer los orígenes, principios técnicos, base filosófica y actividades de nuestra escuela.
Por otro lado, deseábamos generar la posibilidad de estrechar vínculos con diferentes escuelas o artistas marciales,
ya que, como aprendimos de nuestros maestros, sólo crecemos cuando nos relacionamos.
De modo que, tanto si sois unos apasionados practicantes, como si simplemente queréis
ampliar vuestros conocimientos
(o incrementar los nuestros) considerad esta, vuestra casa.

lunes, 24 de septiembre de 2012

El valor de las formas y las posturas

El valor de las formas y las posturas Las formas (tao lu en chino, kata en japonés) y sus correspondientes posturas no siempre son valoradas y apreciadas correctamente. Los detractores de lo tradicional hablan de su inutilidad total a la hora de su aplicación práctica. 

Son consideradas como una pérdida de tiempo y energía. Los defensores acérrimos del arte marcial antiguo, piensan que si no se lleva al extremo de la perfección en su ejecución, no se puede hablar de arte verdadero. ¿Cuál sería el posicionamiento adecuado entonces? Primero que nada, tenemos que entender la naturaleza del arte marcial y luego sus mecanismos de aprendizaje. 

 El arte marcial está pensado para la supervivencia. Su objetivo fue y es, sacarnos airosos de una situación peligrosa, ni más ni menos. Por supuesto, en determinado momento las artes marciales desaparecieron de los campos de batalla (la aparición de las armas de fuego sentenció su retirada) y su finalidad guerrera primaria se fue “suavizando”, por decirle de algún modo, dando paso a un conocimiento interno mucho más interesante, convirtiéndolas, casi sin querer, en herramientas de crecimiento espiritual. 

Esta evolución es la que le ha dado desde siempre, una particularidad que no se puede encontrar en ninguna otra disciplina, lo que diferencia totalmente las “artes marciales” de los “deportes de contacto” (tan de moda hoy y tan fáciles de confundir). Queda claro que un “artista marcial” no es un “deportista”. Una forma o secuencia, es como un libro en movimiento, en el cual se depositan ciertos principios de una manera en la que se puedan transmitir durante generaciones y a partir del cual se investiga y desarrollan nuevas técnicas posibilitando un crecimiento constante, no solo del practicante, sino del estilo en cuestión. 

Así el arte se mantiene vivo, alimentado por cada generación de maestros. Realizar una postura o movimiento sin conocer su finalidad práctica desemboca en lo que se llaman “movimientos floridos” (puramente estéticos) o “vacíos” (sin ninguna base). Hay una diferencia entre la práctica de los principios y la ejecución de los mismos. En las artes marciales, sobre todo en las internas, esta diferencia es muy grande. A no ser que la persona esté iniciada correctamente, un tao lu no le resultará obvio en sus aplicaciones. 

Por eso el Tai Chi Chuan es el “boxeo de las sombras”, porque lo que realmente sucede no se ve. La simple imitación de los movimientos no funciona en la neijiá (escuela interna). Obviamente, una vez entendido los principios, prescindimos totalmente de las formas y las posturas. Esto quiere decir que en una situación de autodefensa sólo queda el verdadero arte, la forma sin forma. Nadie en su sano juicio intentará luchar como el las bellas coreografías marciales de las películas. Cuando está en juego nuestra integridad física o nuestra vida no hay tiempo para esteticismos. 

 El general Ch’i Chi-kuang (1528-1587) decía: “Sin posturas ni técnicas obvias, eres efectivo con un solo movimiento, si cometes el error de adoptar posturas o posar, serás inefectivo con diez movimientos”. 

 Así que las formas tienen un gran valor al aportarnos la estructura adecuada, la alineación correcta de articulaciones, el fortalecimiento muscular, el desarrollo del equilibrio, concentración y fluidez, además de valores agregados como técnicas respiratorias y conexión interior.

 Pero también hay que practicar la aplicación de estos principios en un entorno desestructurado y efectivo para completar nuestra enseñanza marcial. ¡Buena práctica!