Escuela Tigre Blanco (Pai-Hu) de las artes marciales internas de Wudang




La Escuela Internacional Pai-Hu de artes marciales chinas internas, quiere daros la bienvenida a su blog oficial.
Os invitamos a conocer el apasionante mundo de las artes marciales internas o neijia.
Desde aquí os daremos a conocer los orígenes, principios técnicos, base filosófica y actividades de nuestra escuela.
Por otro lado, deseábamos generar la posibilidad de estrechar vínculos con diferentes escuelas o artistas marciales,
ya que, como aprendimos de nuestros maestros, sólo crecemos cuando nos relacionamos.
De modo que, tanto si sois unos apasionados practicantes, como si simplemente queréis
ampliar vuestros conocimientos
(o incrementar los nuestros) considerad esta, vuestra casa.

lunes, 25 de julio de 2011

El relax, la paz interior y otras promesas

 
 

Mucha gente acude a las artes marciales internas con la esperanza del relax, de la paz mental, del encuentro con una armonía mágica o misteriosa. La pregunta que muchos principiantes hacen es “¿esto me va a relajar, va a calmar mi ansiedad?”. 

La respuesta es siempre la misma: “depende”. 

 Porque ¿qué entendemos por relax? ¿a qué le llamamos calma, armonía, paz? Si por relax entendemos colapso, adormecimiento mental o espiritual, lo que buscamos es un sedante. Si por calma entendemos distraernos y darle la espalda a todo lo deberíamos estar resolviendo, mejor cojamos un buen libro o miremos una película. Centrémonos un poco en el concepto del relax. Estar relajado es, aunque suene tonto, lo contrario de tenso. 

O sea relax=no tenso. Quiere decir que el practicante usará la musculatura de forma eficiente para obtener un resultado adecuado. Si usamos tensión de más, nos desgastamos y obstaculizamos la tarea. De menos estaremos reblandecidos, flojos, inutilizados. Es decir, estar relajado no significa andar por la vida como una medusa, sino más bien como una caña de bambú, flexible, adaptable y a la vez fuerte. 

De la misma manera, cuando enfrentamos las situaciones diarias, deberíamos aplicar el impulso emocional justo para abordarlas y así no agotar nuestra energía. Con el derroche de energía vienen los problemas de salud. Tengamos en cuenta que el impulso individual lo es todo. 

Nada puede sustituir eso. Un arte marcial interno es una herramienta de conexión. Como el router o el módem que nos deja estar en línea. Podrá ser bueno o malo, rápido o lento, caro o barato, pero sólo es una herramienta. Una herramienta increíble, pensada para guerreras y guerreros que están dispuestos a bucear dentro de sí mismos y sacar todo su potencial. La “red” a la que nos conectamos con la ayuda de el arte marcial es nuestro interior, todo eso que descartamos o pasamos por alto, lo bueno y lo “no bueno”. 

Todo practicante de la escuela Pai-Hu sabe que, así como cada movimiento tiene una aplicación marcial, cada fase del entrenamiento tiene una aplicación en la vida cotidiana. Si entrenamos nuestra capacidad de absorber un ataque sin utilizar la fuerza bruta, si usamos los principios universales de alineación de nuestras articulaciones, deberíamos tener en cuenta el mismo procedimiento cuando las contrariedades del vivir se lancen hacia nosotros como un tren de mercancías dispuesto a aplastarnos. 
Porque si bien no es seguro que alguna vez necesitemos combatir contra un atacante real, sí es seguro que la vida nos golpeará una y otra vez. 

 De modo que la defensa personal, se vuelve más personal aun, ya que acaba siendo un proceso íntimo y tremendamente profundo. Entonces llega el relax verdadero. 

 Cuando el practicante ve que es capaz de lidiar con éxito con todos los desafíos, grandes o pequeños, que ya no piensa en términos de victoria o derrota sino que todo es aprendizaje, que todo es una oportunidad para desvelar un trozo más del complejo mosaico de la existencia... entonces comprende que es puede ver y reaccionar con seguridad en el día a día. Esa es la verdadera magia y es verdadera porque sale de nuestro interior, es auténtica y firme.

domingo, 24 de julio de 2011

¿Es el Tai-Chi-Chuan un arte marcial?


sifu Taylor Castro en una exhibición del arte de la espada jiang



Si piensas que el Tai-Chi-Chuan es un ejercicio a medio camino entre el yoga y el pilates, deberías seguir leyendo. 
Porque te sorprenderás al saber que el Tai-Chi-Chuan es, ante todo, un arte marcial.
Analicemos el nombre de esta disciplina. La traducción de Tai-Chi-Chuan es “boxeo último supremo” o “puño último supremo”. 
Ni “gimnasia última suprema”, ni ballet supremo”...
Ni “yoga en movimiento” como se suele definir por ahí.
No es un producto “new age”.

El Tai-Chi-Chuan es un boxeo, un estilo de combate, que en su momento fue considerado lo mejor que existía. Los maestros de Tai-Chi-Chuan se hicieron famosos por ser prácticamente imbatibles y en el siglo XIX alcanzaron la cumbre de su fama.
¿Qué pasó entonces? 
De aquel arte guerrero al actual, ¿qué se nos perdió?

Fueron muchas las decisiones que llevaron hasta este punto. 
Algunas de estas decisiones fueron bien intencionadas, como el de ciertos maestros que deseaban popularizar y difundir el arte para acercar lo beneficios del mismo a las masas, reduciendo las exigencias del entrenamiento. Eso sí, “puertas adentro” siguieron practicando la forma tradicional y marcial como siempre. El problema es que eso cerró la puerta a aquellos quienes no les interesaba la versión “resumida” o “simplificada” del arte. 

En el lado oscuro de esta historia tenemos los intereses políticos. 
Los años de la revolución cultural de Mao fueron bastante negros para las artes marciales tradicionales. Se las consideraba supercherías, se las veía como amenazas. Se prohibían sus prácticas. Virtualmente fueron abolidas: no se podía enseñarlas en centros oficiales y se miraba con lupa a sus maestros.
Cada arte marcial tradicional posee una riquísima raíz cultural y filosófica que apunta a que el individuo crezca en todos los sentidos, desarrollando la capacidad de creación y el libre pensamiento. Nada que le convenga a ningún régimen totalitario.

Es así que el  Tai-Chi-Chuan tuvo que deshacerse de la etiqueta “arte marcial” para no verse en problemas serios. La etiqueta de “para la salud” permitió a sus maestros y practicantes seguir adelante. Porque la salud está bien, es un aspecto lo suficientemente genérico y básico como para resistir la censura más recalcitrante.

Recién en los últimos años ha tenido más auge la práctica marcial del  Tai-Chi-Chuan.
Cada vez más gente quiere la totalidad del arte. 
Puede decirse que las artes marciales internas están otra vez de moda.
Nosotros preferimos pensar que la humanidad siempre acaba por volver a las raíces de los antiguos, grandes y nobles conocimientos.

¡Buena práctica!

viernes, 15 de julio de 2011

¿Qué es el Tai-Chi-Chuan o Taijiquan?

Sifu Taylor Castro, en su práctica individual diaria
Tai Chi es el nombre incompleto de una de las artes marciales más populares y peor comprendidas en occidente.
Primero que nada, su nombre correcto es Tai-Chi-Chuan (o Taijiquan según las nuevas traducciones) y significa “boxeo último supremo”,boxeo de la realidad última” o “puño último supremo”.
Como vemos ya desde su nombre hablamos de un arte marcial. Con lo cual, la idea de que el Tai-Chi-Chuan es sólo para personas de la tercera edad o para quienes no puedan tener una actividad física intensa, es de plano una idea errónea.
Y es una idea errónea porque es incompleta.
La práctica del Tai-Chi-Chuan reúne en una sola disciplina lo que necesitaríamos buscar en varias gimnasias o artes...y aun así hay beneficios que sólo este antiguo y poderoso arte puede darnos.
Pero claro, su práctica debe ser completa (recalcamos). El “tai-chi” que generalmente vemos es apenas una sombra de lo que realmente es, ya no sólo porque está mutilado de sus aspectos más críticos (que no seria lo más grave), sino porque se realiza mal. 
La efectividad del Tai-Chi-Chuan depende de la correcta alineación de las articulaciones, sumado a un proceso mental muy específico y a una respiración correcta. Hemos visto realizar las secuencias moviéndose y respirando incorrectamente. Esto se debe a muchas causas: falta de formación o información de los docentes a cargo, masificación de las clases y otros factores no menos importantes como los económicos.
¿Porqué esto no sucede en otras artes marciales, al menos de forma tan evidente?
Es nuestra humilde oponión que ante todo el problema está en poner al Tai-Chi-Chuan en una área indefinida y confusa, que no se sabe si es una gimnasia o una danza exótica.
Esta desinformación priva a sus practicantes de elementos fudamentales...
Obviamente, sin estos elementos fundamentales, transformamos al Tai-Chi-Chuan en una simple calistenia, una gimnasia pintoresca pero totalmente vacía.