Escuela Tigre Blanco (Pai-Hu) de las artes marciales internas de Wudang




La Escuela Internacional Pai-Hu de artes marciales chinas internas, quiere daros la bienvenida a su blog oficial.
Os invitamos a conocer el apasionante mundo de las artes marciales internas o neijia.
Desde aquí os daremos a conocer los orígenes, principios técnicos, base filosófica y actividades de nuestra escuela.
Por otro lado, deseábamos generar la posibilidad de estrechar vínculos con diferentes escuelas o artistas marciales,
ya que, como aprendimos de nuestros maestros, sólo crecemos cuando nos relacionamos.
De modo que, tanto si sois unos apasionados practicantes, como si simplemente queréis
ampliar vuestros conocimientos
(o incrementar los nuestros) considerad esta, vuestra casa.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Feliz Año del Dragón 2012


A todos aquellos que de una forma u otra apoyan las artes marciales internas, a quienes día a día intentan mejorar como practicantes, como docentes y como personas, a todos ellos y sobre todo a los alumnos, instructores y maestros de nuestra venerable escuela y por supuesto a aquellos simpatizantes y colaboradores sin los que nuestra tarea no sería posible, os deseamos un Feliz Año del Dragón 2012.

Deseamos que el nuevo años nos depare un mundo mas justo y noble, un mundo en el que los conceptos de bondad, generosidad y verdad, de honor, respeto y colaboración, se extiendan por todas las áreas del la actividad humana.

de parte de toda nuestra escuela

sifu Feranano Veira

miércoles, 26 de octubre de 2011

El amor del maestro (in memoriam maestro Yuan Ming)

El mestro Yuan Ming con su alumno directo Taylor Castro

El amor es el motor del universo y la solución más económica a nuestros problemas existenciales.

Entre las ventajas del amor está que no tiene contra-indicaciones.

Los psicólogos lo recetan como lo mejor que hay para la neurosis y los complejos, además de que es un excelente antídoto contra el estrés.

Los místicos de todas las filosofías y religiones nos dicen que es la llave maestra para la comprensión del cosmos.

Con él podemos romper esa sensación de aislamiento que nos provoca el inmenso universo y la cada vez más enajenante sociedad de consumo, sin volvernos totalmente locos o simplemente insoportables.

El amor del que hablamos, no tiene efectos secundarios pero sí un requisito: comprender que es un conocimiento adquirible como cualquier arte o ciencia.


Así aprendemos de un verdadero maestro que no es la técnica lo que lo hace grande.

Es su capacidad de amor a la enseñanza y al alumno.

La mera acumulación de datos no convierte a una persona en maestro, sifu, sensei o como queramos llamarle.

No hay seminarios ni cursos que aseguren ninguna maestría.

Es algo que se pule desde adentro, es casi un don y a la vez el resultado de un trabajo duro, mucho más que el del perfeccionar un movimiento.

Es su poder de transmisión, es su fuerza espiritual contagiándote las ganas de mejorar cada vez, de sostenerte en los momentos difíciles, de mostrarte tus puntos fuertes y tus debilidades.

Un maestro es un guía, un compañero de viaje interesado en compartir la experiencia de vivir y aprender juntos.


Un maestro sabe que sin su alumno no es nada, por eso lo ama, lo cuida, lo respeta y a cambio recibe lo mismo, además de una profunda enseñanza.

Enseñar como es debido, es sacrificado. Requiere paciencia y capacidad de empatía.


De todas las cosas que aprendí de mi maestro, la técnica más importante fue la de amar.

Amar al arte, a la enseñanza y al trabajo constante de superación.

Nunca le dije “maestro”, no hacía falta... entre otras cosas porque la amistad no necesita de etiquetas.


Así que a todos aquellos que difunden el arte marcial recuerden no descuidar a sus discípulos, ellos serán un fiel reflejo de vosotros.


A nuestro maestro y amigo: ya no estás, pero te llevamos siempre en el corazón.

¡Xiè, xiè, Sifu Yuan Ming!


sifu Fernando Veira junto a sus alumos Juan y Susana

martes, 11 de octubre de 2011

Aplicaciones prácticas


Breve demostración de algunas aplicaciones básicas de los primeros movimientos que aprendemos.
Nos hemos basado en "acariciar la cola del pájaro", un movimiento común a casi todos los estilos de Tai-Chi Chuan.
Se incluyen algunas aplicaciones accesorias para quitar monotonía a la demostración.
El concepto, esperemos se haya demostrado de alguna forma, es la no oposición a la fuerza atacante.

lunes, 25 de julio de 2011

El relax, la paz interior y otras promesas

 
 

Mucha gente acude a las artes marciales internas con la esperanza del relax, de la paz mental, del encuentro con una armonía mágica o misteriosa. La pregunta que muchos principiantes hacen es “¿esto me va a relajar, va a calmar mi ansiedad?”. 

La respuesta es siempre la misma: “depende”. 

 Porque ¿qué entendemos por relax? ¿a qué le llamamos calma, armonía, paz? Si por relax entendemos colapso, adormecimiento mental o espiritual, lo que buscamos es un sedante. Si por calma entendemos distraernos y darle la espalda a todo lo deberíamos estar resolviendo, mejor cojamos un buen libro o miremos una película. Centrémonos un poco en el concepto del relax. Estar relajado es, aunque suene tonto, lo contrario de tenso. 

O sea relax=no tenso. Quiere decir que el practicante usará la musculatura de forma eficiente para obtener un resultado adecuado. Si usamos tensión de más, nos desgastamos y obstaculizamos la tarea. De menos estaremos reblandecidos, flojos, inutilizados. Es decir, estar relajado no significa andar por la vida como una medusa, sino más bien como una caña de bambú, flexible, adaptable y a la vez fuerte. 

De la misma manera, cuando enfrentamos las situaciones diarias, deberíamos aplicar el impulso emocional justo para abordarlas y así no agotar nuestra energía. Con el derroche de energía vienen los problemas de salud. Tengamos en cuenta que el impulso individual lo es todo. 

Nada puede sustituir eso. Un arte marcial interno es una herramienta de conexión. Como el router o el módem que nos deja estar en línea. Podrá ser bueno o malo, rápido o lento, caro o barato, pero sólo es una herramienta. Una herramienta increíble, pensada para guerreras y guerreros que están dispuestos a bucear dentro de sí mismos y sacar todo su potencial. La “red” a la que nos conectamos con la ayuda de el arte marcial es nuestro interior, todo eso que descartamos o pasamos por alto, lo bueno y lo “no bueno”. 

Todo practicante de la escuela Pai-Hu sabe que, así como cada movimiento tiene una aplicación marcial, cada fase del entrenamiento tiene una aplicación en la vida cotidiana. Si entrenamos nuestra capacidad de absorber un ataque sin utilizar la fuerza bruta, si usamos los principios universales de alineación de nuestras articulaciones, deberíamos tener en cuenta el mismo procedimiento cuando las contrariedades del vivir se lancen hacia nosotros como un tren de mercancías dispuesto a aplastarnos. 
Porque si bien no es seguro que alguna vez necesitemos combatir contra un atacante real, sí es seguro que la vida nos golpeará una y otra vez. 

 De modo que la defensa personal, se vuelve más personal aun, ya que acaba siendo un proceso íntimo y tremendamente profundo. Entonces llega el relax verdadero. 

 Cuando el practicante ve que es capaz de lidiar con éxito con todos los desafíos, grandes o pequeños, que ya no piensa en términos de victoria o derrota sino que todo es aprendizaje, que todo es una oportunidad para desvelar un trozo más del complejo mosaico de la existencia... entonces comprende que es puede ver y reaccionar con seguridad en el día a día. Esa es la verdadera magia y es verdadera porque sale de nuestro interior, es auténtica y firme.

domingo, 24 de julio de 2011

¿Es el Tai-Chi-Chuan un arte marcial?


sifu Taylor Castro en una exhibición del arte de la espada jiang



Si piensas que el Tai-Chi-Chuan es un ejercicio a medio camino entre el yoga y el pilates, deberías seguir leyendo. 
Porque te sorprenderás al saber que el Tai-Chi-Chuan es, ante todo, un arte marcial.
Analicemos el nombre de esta disciplina. La traducción de Tai-Chi-Chuan es “boxeo último supremo” o “puño último supremo”. 
Ni “gimnasia última suprema”, ni ballet supremo”...
Ni “yoga en movimiento” como se suele definir por ahí.
No es un producto “new age”.

El Tai-Chi-Chuan es un boxeo, un estilo de combate, que en su momento fue considerado lo mejor que existía. Los maestros de Tai-Chi-Chuan se hicieron famosos por ser prácticamente imbatibles y en el siglo XIX alcanzaron la cumbre de su fama.
¿Qué pasó entonces? 
De aquel arte guerrero al actual, ¿qué se nos perdió?

Fueron muchas las decisiones que llevaron hasta este punto. 
Algunas de estas decisiones fueron bien intencionadas, como el de ciertos maestros que deseaban popularizar y difundir el arte para acercar lo beneficios del mismo a las masas, reduciendo las exigencias del entrenamiento. Eso sí, “puertas adentro” siguieron practicando la forma tradicional y marcial como siempre. El problema es que eso cerró la puerta a aquellos quienes no les interesaba la versión “resumida” o “simplificada” del arte. 

En el lado oscuro de esta historia tenemos los intereses políticos. 
Los años de la revolución cultural de Mao fueron bastante negros para las artes marciales tradicionales. Se las consideraba supercherías, se las veía como amenazas. Se prohibían sus prácticas. Virtualmente fueron abolidas: no se podía enseñarlas en centros oficiales y se miraba con lupa a sus maestros.
Cada arte marcial tradicional posee una riquísima raíz cultural y filosófica que apunta a que el individuo crezca en todos los sentidos, desarrollando la capacidad de creación y el libre pensamiento. Nada que le convenga a ningún régimen totalitario.

Es así que el  Tai-Chi-Chuan tuvo que deshacerse de la etiqueta “arte marcial” para no verse en problemas serios. La etiqueta de “para la salud” permitió a sus maestros y practicantes seguir adelante. Porque la salud está bien, es un aspecto lo suficientemente genérico y básico como para resistir la censura más recalcitrante.

Recién en los últimos años ha tenido más auge la práctica marcial del  Tai-Chi-Chuan.
Cada vez más gente quiere la totalidad del arte. 
Puede decirse que las artes marciales internas están otra vez de moda.
Nosotros preferimos pensar que la humanidad siempre acaba por volver a las raíces de los antiguos, grandes y nobles conocimientos.

¡Buena práctica!

viernes, 15 de julio de 2011

¿Qué es el Tai-Chi-Chuan o Taijiquan?

Sifu Taylor Castro, en su práctica individual diaria
Tai Chi es el nombre incompleto de una de las artes marciales más populares y peor comprendidas en occidente.
Primero que nada, su nombre correcto es Tai-Chi-Chuan (o Taijiquan según las nuevas traducciones) y significa “boxeo último supremo”,boxeo de la realidad última” o “puño último supremo”.
Como vemos ya desde su nombre hablamos de un arte marcial. Con lo cual, la idea de que el Tai-Chi-Chuan es sólo para personas de la tercera edad o para quienes no puedan tener una actividad física intensa, es de plano una idea errónea.
Y es una idea errónea porque es incompleta.
La práctica del Tai-Chi-Chuan reúne en una sola disciplina lo que necesitaríamos buscar en varias gimnasias o artes...y aun así hay beneficios que sólo este antiguo y poderoso arte puede darnos.
Pero claro, su práctica debe ser completa (recalcamos). El “tai-chi” que generalmente vemos es apenas una sombra de lo que realmente es, ya no sólo porque está mutilado de sus aspectos más críticos (que no seria lo más grave), sino porque se realiza mal. 
La efectividad del Tai-Chi-Chuan depende de la correcta alineación de las articulaciones, sumado a un proceso mental muy específico y a una respiración correcta. Hemos visto realizar las secuencias moviéndose y respirando incorrectamente. Esto se debe a muchas causas: falta de formación o información de los docentes a cargo, masificación de las clases y otros factores no menos importantes como los económicos.
¿Porqué esto no sucede en otras artes marciales, al menos de forma tan evidente?
Es nuestra humilde oponión que ante todo el problema está en poner al Tai-Chi-Chuan en una área indefinida y confusa, que no se sabe si es una gimnasia o una danza exótica.
Esta desinformación priva a sus practicantes de elementos fudamentales...
Obviamente, sin estos elementos fundamentales, transformamos al Tai-Chi-Chuan en una simple calistenia, una gimnasia pintoresca pero totalmente vacía.

jueves, 23 de junio de 2011

Los pilares de la práctica del Pai-Hu


Nuestra escuela tiene una estructura muy concreta, tanto en su enseñanza, como en su aprendizaje. Estos principios, a los que llamamos “pilares”, no tratan de ser una cárcel para el espíritu, sino más bien de actuar como cimientos para, a partir de ellos, edificar correctamente nuestra práctica. Deberíamos pensar en ellos como las columnas del templo: por sí solas no crean un edificio, pero sin ellas, el tejado caería sobre nuestras cabezas.

Démosles una rápida mirada



Fortalecer el cuerpo

Sin una buena base física no podemos realizar tarea alguna en la vida. Su nuestros músculos, articulaciones, tendones y huesos no están en condiciones, no podremos sacar de nuestra práctica todo el provecho. Los ejercicios especiales de la escuela interna se han transmitido durante siglos para alcanzar un equilibrio en el que nuestro cuerpo se vigorize con un mínimo desgaste. Los antiguos decían que como teníamos los latidos contados, había que administrarlos. La fortaleza que sólo dura unos pocos años y luego rápidamente muda en decadencia no es lo que buscamos. Un físico elástico, fuerte y relajado es ideal para vivir muchos años de calidad.



Cosechar y mover la energía

Los ejercicios, secuencias de movimientos y técnicas de cualquier escuela interna activan la energía vital, llamada Chi o Qi. Esta energía proviene naturalmente del universo y nosotros participamos de ella. Con los ejercicios Chi-Kung o Qi-gong aprendemos a concientizar, cosechar y mover esta energía para obtener un equilibrio interior, tanto a nivel de salud física como mental. Según los antiguos textos de medicina china, la enfermedad no es más que un desequilibrio del Chi. El restablecimiento de este equilibrio produce personas más saludables y menos estresadas.



Calmar la mente, pulir el espíritu

Con la práctica vamos dominando nuestro cuerpo de una forma que nunca habíamos pensado. Eso se debe a que se hace siguiendo principios no agresivos que buscan la armonía. La profunda concentración que nos exige la práctica va educando nuestra mente, volviéndola receptiva y serena. Los pensamientos dejan de llevarnos de aquí para allá. La mente se calma, las decisiones de la vida diaria se vuelven más fáciles, lo que antes nos resultaba engorroso y difícil, ahora lo vemos con claridad. El beneficio es inmenso.

Al mismo tiempo nuestro espíritu se va puliendo como el herrero pule una espada hasta volverla perfecta, incisiva, decidida. Empezamos a armonizar con el mundo simplemente porque armonizamos con nosotros mismos. Creamos de nosotros, mejores personas.



La aplicación marcial

En la aplicación marcial está el resumen del espíritu del Pai-Hu.

Sin aplicación, todo queda en una simple gimnasia. Si bien los practicantes de Pai-Hu pueden optar por obtener beneficios de uno o varios de los pilares del la enseñanza, siempre se recomienda practicar algo de la marcialidad. Porque durante el proceso de aplicación de una técnica con fines de autodefensa, entran en juego decenas de factores beneficiosos.

Nuestra mente y nuestro cuerpo responden a una situación similar a la de un ataque real. Probamos muchas cosas: coordinación, velocidad, serenidad mental, respiración. Obtenemos en segundos lo que de otra manera nos llevaría horas. Esto agilita enormemente nuestro progreso.

Además otorga un extra de serenidad acostumbrándonos a resolver rápidamente situaciones difíciles. Y aunque nunca utilicemos esas técnicas en la vida real (cosa que deseamos de corazón), los principios de coraje, intuición y humildad se fortalecen, reflejándose positivamente en nuestro día a día.

Alumno avanzado de Pai-Hu, en la postura del "látigo sencillo"

lunes, 6 de junio de 2011

Escuela "Tigre Blanco" (Pai-Hu) de las artes marciales internas de Wudang

Wudang Pai-Hu (Tigre Blanco de Wudang) , es una escuela de artes marciales que se dedica a la enseñanza y difusión de las llamadas "artes marciales internas" o neijia, procedentes del Templo de Wudang (China).

Agrupa las disciplinas marciales comúnmente asociadas a la cultura taoísta, tales como tai-chi-chuan (popularmente conocido como “taichi), baguazang, bajiquan, xingxiquan, chin-na, etc.

El practicante de pai-hu puede estudiar una o varias de estas antiguas artes, de esa forma, al beber de varias fuentes, su conocimiento técnico se enriquece y su criterio se amplía.


Unos de los aspectos característcos del pai-hu es el respeto por el carácter tradicional y la fidelidad a los valores que acompañaron desde el principio de su creación a las artes marciales internas.


Nuestra escuela descarta las modernizaciones que han mutilado algunas artes marciales con el fin de volverlas más accesibles a las masas.


Pero tradición no significa haberse quedado atrás en las formas didácticas. La docencia es un delicado arte que requiere un alto sentido de la responsabilidad, además de conocimiento, vocación y, claro está, un gran talento para comunicarse con el alumno, detectar sus necesidades y evaluar sus progresos.


Podemos afirmar que el pai-hu es un estilo de enseñanza que desarrolla una actitud, tanto para el combate en sí, como para la vida diaria. Esta actitud es la que encarrila nuestra capacidad física y técnica. Se busca que cada individuo utilice sabiamente las estructuras del aprendizaje, pero sin encadenarse a ellas. Entonces sale a luz un arte vivo y dinámico, sereno o rápido, suave o fuerte, según haga falta. Un arte marcial que se adapta a las circunstancias en vez de intentar doblegarlas.
Esta armonía se va profundizando, llega a nuestra mente y a nuestro espíritu.
Nuestra salud física y psíquica se fortalecen notablemente.


Con la práctica viene la evolución, convirtiéndose en algo más que un estricto arte guerrero. Un día cualquiera descubrimos que hemos conseguido hacernos con una poderosa herramienta con la que enfrentarnos al mundo y sus vicisitudes.